En la vida me he topado con distintas personas. Personas que no son amigables, personas mentirosas, falsas, hipócritas, en fin, muchas otras cosas más. Conforme fui conociendo cada vez más personas así, me di cuenta de que mis verdaderos amigos eran pocos. Pero que mis amigos, aunque pocos, eran personas maravillosas, que todos los días me enseñaban algo nuevo. Me hacen valorar su amistad cada vez que me topo con estas personas.
Los primeros días del colegio yo era una más en el salón, las personas me hablaban pero no eramos ni amigos ni enemigos. Pero, en el momento en el que yo era notada por los profesores y estos hacían comentarios positivos sobre mí, todo se volvía un caos. Las personas me comenzaban a tratar mal, hacían comentarios sobre mí a mis espaldas, eran hipócritas. Conocí personas que pensaban que, si eras notado y ellos no, debían denigrarte para así ellos sentirse mejor consigo mismos. Así conocí a mis amigos en el colegio. De casi 40 estudiantes, sólo 4 eran mis amigos. Ellos pensaban igual que yo, que no debíamos cambiar para agradar a los demás. Una vez que nos graduamos, supe que esto por fin terminaría y que ya no debía tratar más con estas personas. Me equivoqué.
Cuando comencé la universidad, pensé que ya no vería a estas personas, y fue así. Pero me topé con otras que se comportaban de la misma manera. Personas que eran mayores que yo me tacharon de "nerd" por salir bien. Luego al ellos salir mejor hacían comentarios como "ellos no son los únicos nerds". ¿Por qué si yo sólo hago lo que debo hacer y ya, dicen ese tipo de cosas? No me conocen, no saben quién soy. Tampoco quiero que lo sepan. Pero si no me conocen, no opinen sobre mi o traten de esa manera a los demás.
Cada vez que me topo con personas así, valoro a mis amigos. Soy afortunada.