Sufrir en silencio es doloroso. Sobre todo esas veces en donde lo único que deseas es gritar. Gritas y lloras dentro de tí mismo para que así nadie te escuche. Que nadie se entere, que nadie sepa. Todo se junta, todo se acumula.
Y luego aparecen los insoportables dolores de cabeza. Tratar de dormir no es una opción, eso sólo lo empeora todo. Sólo queda esperar y tragarse sufrimiento.
Para al final, culpar a una alergia de tus ojos y nariz roja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario