lunes, 31 de agosto de 2015

Olvidó cómo encajar en el molde

No importaba cuántas veces se peinara, su cabello terminaba despeinado. Sus ojeras combinaban perfecto con su piel lavada, casi transparente. Las personas le aconsejaban que cambiara, que no se acoplaba a las demás. Pero mientras más lo intentaba, menos funcionaba. Con el tiempo, se acostumbró a esos comentarios, a esas burlas y a esas críticas. Los demás la admiraban porque tomaba esas agresiones muy relajada, pues era imposible pensar que le afectaban.


Era todo lo contrario.


Se restó importancia. Resaltar no era algo que para ella era posible. No buscaba hacerlo. Caminaba sin mirar a nadie y, así como entraba, salía. Sólo quería ignorar todo a su alrededor y que nadie notase lo mucho que le afectaba todo cada día.


Para ella aceptar que los demás la tomen como alguien importante será casi imposible...  












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